Fotografía: Sergi Garcia
Aún recordamos cuando a principios de 2023 Louis Vuitton anunciaba que, con el motivo de la presentación de su colección masculina de otoño/invierno, Rosalía iba a ofrecer un show exclusivo durante el desfile, llevándose todos los focos de la capital francesa. Más fue la sorpresa cuando, una vez más, envuelta aún en la era de su tercer disco de estudio, Motomami, la vimos jugar con los límites de este, cantando en directo por primera vez el remix de Candy, junto a Chencho Corleone, o presentar “Despechá”, su hit por excelencia, en un aura jersey que no habíamos oído. Fue aquí cuando el nombre de Nusar 3000, mente transgresora detrás de la remezcla, empezó a estar en boca del mundo.
Explicar quién es el cantante y productor es difícil, ya que poco se sabe de su verdadera identidad, por no decir nada, siendo el esconderla detrás de máscaras de brillantes –algo parecido a lo que hacía Marshmellow en su momento– su seña más reconocible. Entrevistas con él hay pocas y sus movimientos siempre son inesperados, por eso mismo cuando anunció que el doce de septiembre iba a hacer un concierto en la Sala el Sol las entradas volaron. Era una oportunidad de ver de cerca al enigmático artista que se había ganado el respeto de artistas de la talla de Dellafuente, con el remix de “3 Caras”, o de Nathy Peluso, que le ha invitado a formar parte de CLUB GRASA, álbum de remixes de su último álbum de estudio, GRASA.
Antes de las nueve la cola se expandía calle abajo con el público expectante, y una vez dentro la gente se mantenía atenta, esperando a que el espectáculo comenzase, quizás preguntándose si una sala más bien tirando a pequeña –no por eso dejando de ser menos relevante– iba a ser el lugar indicado para Nusar. No tardaron en resolverse las dudas, cuando a las diez los ritmos experimentales empezaron a envolver la sala y este salió, dispuesto a darlo todo. Sí, puede ser que fuese un escenario pequeño, pero a todo el mundo dejó de importarle por qué ya tenía ganado a su público.
A lo largo de los escasos cuarenta minutos que duró el show –uno de los pocos puntos negativos a destacar–, recorrió éxito tras éxito, dando especial énfasis a las ocho canciones que componen su álbum debut, 3000. Con estas pudimos explorar todas las facetas que nos tenía por ofrecer, desde la más experimental, con su tema con Azuleja, “SHEFTEK”, la más personal, en la que interactuó con el público lanzándonos rosas –no podía ser con otra que con “ROSA DE JERICÓ”–, o el broche de oro con el que cerró el concierto, convirtiéndolo más bien en una fiesta: “MELAZA”.
Momento a destacar, quizás el más emocional tanto para los fanáticos como para el artista después de darlo todo durante la velada, fue cuando al acabar el show Nusar decidió dedicar unas palabras. “Me siento más orgulloso del público que me escucha que de mi propia música. Os amo”.
Todo el mundo entendió que lo que acabamos de sentir era pasión, y pese a quizá no ser el show más pulido que ha acogido Madrid, sí que fue una declaración de intenciones que a todo aquel que ame la música le habría gustado vivir. Nusar 3000 está gestando algo grande.