Por segunda vez, TRISTÁN!, una de las incorporaciones más recientes al colectivo RUSIAIDK, regresó a Barcelona, escalando de tocar en la sala Heliogàbal a llenar La Nau. Y no vino solo: lo acompañaban músicos que hicieron de la noche un verdadero espectáculo, con colegas como @royborland y @teoplanell en la guitarra y el bajo.
El artista fue puntual como un reloj, saliendo al escenario a las 20:30. Vestía un pantalón de traje y una camisa, ambos de plástico, complementados con una corbata, creando un efecto brillante que reflejaba las luces de la sala.
No sorprendió la calidad musical que ofreció en su concierto. En una época en la que cada vez se ven menos instrumentos en el escenario, TRISTÁN! apostó por un equipo de cuatro músicos, llevándolo hacia un sonido más cercano al jazz, una estrategia que le sienta muy bien. Su último EP no se llama Music EP por nada. Es evidente que busca ese estilo, una estética que le encaja a la perfección, siempre con un enfoque musical más tradicional, pero sin perder su toque experimental al distorsionar algunos sonidos en directo.
El público disfrutó de un verdadero espectáculo de música en vivo. TRISTÁN! logró crear una atmósfera íntima pero, al mismo tiempo, cercana. No dejó de comunicarse con los asistentes, compartiendo anécdotas de manera relajada sobre sus canciones y el proceso de creación de las mismas.
Es cierto que se echó un poco de menos su faceta más experimental, con visuals extraños, videos de stock de internet o memes proyectados en el fondo, pero también quedó claro que no era el enfoque de esta pequeña gira.
Al acercarse el final, el artista se despidió y todos abandonaron el escenario corriendo. Sin embargo, al grito de «¡otra!» por parte del público, sintiendo que el concierto había sido demasiado breve, TRISTÁN! y su banda regresaron para interpretar la última canción: life is a movie. Con todos coreando al unísono, cerró definitivamente la noche, dejando claro, una vez más, que su directo es una verdadera experiencia.
TRISTÁN! nos regaló un concierto auténtico, rodeado de amigos y transmitiéndonos, de principio a fin, su amor por la música.