En las últimas semanas, Instagram ha estado probando cambios que no han pasado desapercibidos para su comunidad. La app decidió mover las Historias Destacadas —el pequeño museo personal de cada usuario— a una pestaña secundaria escondida bajo un corazón. Una maniobra que nadie pidió y que, como era de esperar, generó un incendio colectivo. Hoy, ese incendio tiene final feliz: las Stories Destacadas están volviendo a su sitio de siempre, justo debajo de la bio.
El experimento duró poco, pero dejó huella. La nueva pestaña provocó una oleada de críticas que se multiplicó a medida que Instagram seguía desplegando el cambio de forma progresiva. De repente, algo que antes veías sin pensar requería un clic adicional. Un movimiento extraño para una red que presume de diseño “intuitivo”.
Marcas, creadores y usuarios experimentados pusieron el grito en el cielo: reorganizar años de contenido para que todo quedara escondido en un submenú era, simplemente, un sinsentido. La decisión —según explicaron desde dentro— buscaba impulsar el consumo de vídeo corto al estilo TikTok. Pero en la práctica solo añadió confusión… y un caos visual extra, porque durante esta etapa las historias nuevas se colaban en la cuadrícula principal salvo que lo desactivarás manualmente una a una.
Las quejas no han parado hasta esta misma semana. Al mismo tiempo, empezaron a aparecer las primeras señales de que algo se estaba moviendo: usuarios mostrando cómo sus Destacadas regresaban a la posición original. Hoy ya es oficial: Instagram ha pulsado el botón de “deshacer”.
Una lección para la plataforma: no toda innovación pasa por reinventarlo todo. A veces, lo inteligente es no tocar lo que funciona. La vuelta de las Historias Destacadas a su sitio es una victoria para los usuarios, y también un recordatorio para las grandes tecnológicas: el diseño puede cambiar, pero la comunidad manda.
