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Así se vive el techno en la nueva normalidad

Coronavirus, pandemia, confinamiento y ahora desescalada son los términos que han marcado nuestra vida en los últimos meses. El mundo ha sufrido un revés sin precedentes que ha afectado a todas y cada una de las facetas de nuestra vida, y como no, la industria electrónica ha frenado en seco y aún hoy se presentan muchas incógnitas sobre cómo será la nueva normalidad en este terreno.

Los grandes festivales de España ha ido cayendo uno a uno, suspendiendo sus ediciones de 2020 y emplazándonos a sus correspondientes citas en 2021. El mítico Aquasella, Madcool, Paraíso  o el BBK Live son sólo algunos de los grandes eventos que no se celebrarán este año. Justo hoy deberíamos estar adentrados de lleno en Sónar que también fue pospuesto para el próximo año, o también el Primavera Sound que tras aplazarlo para agosto, finalmente se trasladaba al 2021 consiguiendo un sold out para su nueva edición en un tiempo récord. Sin embargo, algunos aún no han dejado nada claro al respecto, como es el caso de Monegros que volvía este año a modo de despedida para ofrecer el que podía ser el último baile en el desierto.

Ya parece asumido por los aficionados que no tendremos grandes eventos, al menos en España. Pero ¿Cómo se presenta el futuro de los clubs? La normativa actual que permite abrir sin pista de baile no se ve como una opción viable y aunque se han hecho algunos experimentos con sesiones respetando la distancia social, la realidad es que es muy difícil que ese modelo sea rentable. Por otro lado, en lugares como Suiza parece que no haya pasado nada y este fin de semana corrían como la pólvora algunos vídeos de varias fiestas en las que Luciano disfrutaba de la cabina y el público de la pista de baile de una forma casi idéntica a antes de la pandemia. Mientras tanto, las calles de Playa d’en Bossa en Ibiza están desiertas y no se sabe cuándo retomarán su actividad habitual. 

Otra opción que tomaba fuerza, era volver a la esencia, volver las raves. Es una buena opción siempre y cuando no ocurra lo que en Manchester, donde el pasado sábado dos raves concentraban hasta 6000 personas y terminaron con una violación, una muerte por sobredosis y varios apuñalamientos. Sin duda una noticia que no ayuda y que estigmatiza aún más la imagen de la escena electrónica a todos los niveles.

En definitiva, la situación es delicada y son muchas las personas que no comprenden porqué un teatro debe limitar el aforo si el transporte público lo mantiene al completo, porque se limitan fiestas al aire libre mientras que las terrazas y restaurantes están a rebosar. Con todo esto, los clubs están al límite y ser debemos los aficionados los que arrimemos el hombro en cuanto se pueda, ya que son muchos los trabajadores que viven de este sector más allá de las caras conocidas que hay tras los platos. Mientras no sea posible, tenemos a nuestra disposición plataformas como United We Stream, que siguiendo la fórmula de otros lugares  han organizado sesiones de alta calidad en diferentes clubs de Madrid con el objetivo de recaudar fondos. Ahora también lo harán en Barcelona.