Bajo un radiante sol y una temperatura más propia de una tarde de verano, Brunch -In The Park, abrió sus puertas otro domingo más para darnos la oportunidad de rematar la semana con un cartel de diez y un ambiente de lo más pintoresco.
El Jardín Botánico Alfonso XIII, no sólo fue el lugar escogido para el encuentro musical, se transformó también en un enclave de diversidad estética, modernidad y libertad de expresión sin límites. Brunch apuesta porque sus eventos sean de lo más cosmopolitas y en los que todo el mundo se sienta bienvenido, esto hace que se promueva un concepto de fiesta diferente y acertado en el que todo el mundo se sienta libre.
Nuestra cita comenzó con Fort Romeau al mando de la cabina. El británico no dudó en sacar a relucir su mejor repertorio de track, moviéndose en un estilo tech-progressive con toques de house y micro-house. El personal seducido por Romeau, se daba sus primeros bailes acompañando la tarde con bebida bien fresquita y algún abanico que otro agitándose al ritmo de la música para apaciguar la calina de la capital.
Manitas arriba al sonar el famoso remix de Holden al tema de The Sky Was Pink de Nathan Fake, sin duda uno de los temas que más apogeo creó entre los asistentes.
Llegó el turno de Trikk, que para los amantes de Innervisions es una de las promesas que más entusiasmo levanta. El portugués dió un giro musical a otro nivel, introduciéndonos en una onda súper underground de melodías espaciales y eléctricas, al mismo tiempo que embelleció el set con notas musicales delicadas y bailables. A Trikk no le hizo falta subir los bpm para levantar a la pista, este chico tiene el enigma de ganarse al público de otra forma muy peculiar, a su manera, lenta pero envolvente. En Brunch pude comprobarlo, mirando a mi alrededor, la pista al unísono anonadada por tales sonidos se dejó embaucar en su viaje particular.
El segundo sold out del evento era notable, el jardín botánico estaba abarrotado cuando la DJ Jennifer Cardini se puso en marcha. Hora y media en la que la artista no dió tregua ni a un mínimo descanso. La energía rebosaba por todo lo alto y es que Cardini quiso dar la nota -a bien, muy bien- con un estilo berlinés de bases contundentes y opacas perfectamente combinadas con melodías más houseras que lograron dar rienda suelta a los bailes más extrovertidos y a las sonrisas más espontáneas, consiguiendo hasta la evasión de los problemas más mundanos y es que para eso existe la música electrónica con la que Cardini jugó en un roll de diversión perpetua.
A punto de comenzar Âme y para estar bien preparados nos tomamos un respiro y un kitkat. Nadie se quería perder el comienzo de Kristian, lo que produjo un ajetreo en la caseta de las bebidas que sin problema el staff supo resolver atendiéndonos de la mejor manera.
En órbita ya todo el mundo, con la mirada puesta en la exótica cabina emulando ser parte del jardín, Âme una vez más brilló por su elegancia y su magia. Su tracklist, exquisito en la selección, fue digno de un artista de su talla, de los que nunca defrauda. Profeta de la electrónica, elegancia y seriedad inimitable. Al mismo tiempo que el crepúsculo comenzaba para deslumbrarnos con un atardecer de lo más bonito, Âme nos conquistó con su estilo particular pero paseándose también por otros géneros, añadiendo al repertorio temas muy de rollo electro o houseros que animaban a seguir con el desfogue de los allí presentes. Más de uno tuvimos que sacar el pañuelo y limpiarnos la lagrimita hasta el último momento de la noche en el que nos regaló para el cierre varios unreleased que llevan la esencia de su exitoso sello, Innervisions.
Con todas las ganas de seguir la noche y sabiendo que Brunch tiene preparado para sus domingos de electrónica un after en The Bassement Club, nos dirigimos hacía allí quedándonos hasta el cierre para disfrutar del debut del dúo emergente Two Ex, que actuaron a primera hora en Brunch. A lo largo de la noche estuvieron también presentes Trikk y Jennifer Cardini. Lo mejor de este novedoso club es sin duda la cercanía con la que se puede disfrutar de los artistas, además de la subterraneidad y su luz roja que te transporta a los garitos que te encuentras por las calles de Birmingham o Berlín.
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Fotos: @Pabl0Galard0
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