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El arte del tatuaje a través de la pylo (VOL. 1)

En las últimas décadas, el arte del tatuaje ha experimentado un asombroso ascenso que lo ha llevado desde los márgenes de la sociedad hasta el centro de la cultura popular. Lo que una vez fue considerado una forma de expresión marginal, hoy en día se considera una poderosa manifestación artística que trasciende fronteras y generaciones. En este reportaje, pretendemos indagar más sobre este arte con @la.pylo tratando de descubrir y entender más sobre este universo donde la creatividad se une a la piel para contar historias y expresar emociones, desafiando los límites de lo posible.

Elena, (@la.pylo) nos cuenta que cuando ella se pone a dibujar no piensa en el tatuaje que va a realizar, ya que este sería como el último paso del proceso. Cuando ella dibuja, simplemente piensa en cosas que le gustan o busca en fotografías que le inspiren. Así es como ella lo va plasmando en sus diseños.

«A mí me gusta el campo, la naturaleza, los animales, por lo tanto, lo dibujo. A través de lo que creo, siento que saco una parte de mi tierna y bucólica. Eso es lo que a mi me funciona, y a partir de ahí las personas reciben la transferencia y deciden si quieren hacerse o no algún tatuaje conmigo. Así está siendo mi proceso, con cariño, observando a mi alrededor, admirando las obras de otras tatuadoras y tatuadores, y aprendiendo de las personas que creamos este mundo. Para mi es la forma más útil y sincera de hacerlo.»

Elena, nos confiesa que terminó en este mundo de «rebote», ya que fue hace ya unos años, cuando hizo como regalo de Navidad un tatuaje. Era un tatuaje de Ramón, (@nadabien) que es uno de los artistas que más admira, y aunque sabía que ese tatuaje era a handpoke, nunca había visto nada de la técnica. Llegó al espacio donde tatuaba, y cuando comenzó a trabajar, se quedó alucinada con el procedimiento. «Soy una persona que se estimula con facilidad y me cuesta mantener el foco en algo mucho tiempo. No entendía como podía estar haciendo un tatuaje tan pequeño, punto a punto, con tanta calma y paciencia.»
Esto hizo, que Elena comenzase a pensar que el tatuaje podía ser una buena herramienta para practicar de manera proactiva su concentración y paciencia. Si empezaba un tatuaje en piel ajena, ya no había marcha atrás. «Diría que comencé a tatuar como un proceso terapéutico, sin ninguna intención en que se convirtiera en mi profesión.»

Aunque, Elena tiene un estilo bastante definido dentro del arte del tatuaje, nos confiesa que para ella esta es una cuestión bastante difícil de aclarar, ya que le cuesta encasillarse en algo. Cada vez que dibuja va experimentando, y dentro de lo que hace hay muchas cosas que no tienen que ver nada entre sí. «Voy haciendo lo que me gusta y es muy cambiante, partiendo de la base de que nunca he aprendido a dibujar como tal, he pasado por muchas fases desde que empecé y lo más probable es que siga mutando. Si que siento que cada vez me acerco más a lo que me hace sentir cómoda, creo que voy aprendiendo a volcar en lo que muestro, una parte de mi que me agrada y con la que me identifico.
Desde mi punto de vista, el proceso que vamos transitando va marcando nuestro estilo. A veces nos sentiremos más afines y otras menos, pero el camino esta para pasárselo bien y ponerse a prueba con cosas que vamos aprendiendo y con las que ya teníamos registradas.»

Actualmente, si tuviésemos que definir su técnica podríamos hacerlo bajo el termino handpoke, que es una técnica que se realiza mediante la introducción de la punta de la aguja (sin máquina) en tinta, y seguidamente en la piel para ir haciendo el tatuaje punto a punto.

«Para mi es una técnica lenta y meditativa, me gusta que no produzca sonido y que sea menos dolorosa. Me he acostumbrado a que el handpoke no haga ruido y a veces cuando tatuo con maquina aún me resulta raro. Que haya una música que acompañe la energía también es importante para mi. Por ejemplo, me gusta mucho escuchar ‘Khruangbin’ mientras trabajo.»

Elena, siempre intenta crear una sinergia en el espacio que comparte con la persona que va a tatuarse con ella, intentando crear un ambiente en el que ambas estén cómodas y puedan expresarse. «A veces se crea como una especie de espacio terapéutico en el que nos sentimos tan cómodas que podemos llegar a compartir cosas muy personales y que son muy íntimas, así hemos conseguido crear conexiones muy bonitas.»

Su inspiración viene de varias fuentes como: lugares bonitos, el amor, o canciones que le remueven y le hacen sentir cosas. «Me encanta buscar cerámica, jarrones o flores en los rastros. Me gustan los animales y los espacios de campo. Observo mucho los jardines y los balcones cuando paseo por la calle. Me inspira muchísimo Andalucía.» 

«Una cosa que me gusta es cuando mi gente me pasa una foto que sabe que me puede inspirar y se acuerdan de mí.»