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El llegar, ver y vencer de Umek en Málaga

El pasado sábado 23 de noviembre asistimos a una nueva entrega de los eventos desarrollados por la promotora malagueña Orion Pro, cuya residencia tiene lugar en las instalaciones de la Sala Paris15, una emblemática guarida que aguarda todo tipo de espectáculos musicales y que este año celebra su décimo aniversario.

El pistoletazo de salida estuvo a manos de la carismática Paula Kasbaeh, la artista invitada del line-up, que pese a ser la encargada de inaugurar la noche consiguió atraer a un gran número de espectadores, incluso a nuestra llegada, ya se registraban colas en la entrada para acceder al recinto.

Acto seguido fue el turno del residente Benny Yasoto, un artista que prácticamente sin hacer ruido allá por donde va consigue crear una atmósfera ultra sensorial cuando pisa la cabina, una máquina de hacer bailar al público con una selección musical que consideramos como exquisita. Benny sabe como hacernos bailar. ¡Chapeau!

A las tres de la mañana, Alex Ribera, otro de los pesos pesados del techno malagueño ejerció su autoridad en cabina. Deleitó a los presentes con su artillería pesada bajo un set repleto de sonidos hipnotizables y envolventes, que arrancó en numerosas ocasiones la locura entre el público. Desplegó todo su arsenal en una sesión en la que fue completamente fiel a su estilo.

El artista estrella de la jornada, Umek, con quien tuvimos unos minutos previos de charla justo antes de empezar su sesión, se mostraba impaciente por ponerse a los mandos y es que, es un artista muy querido en tierras malagueñas. No era la primera vez que actuaba en esa sala y sabía que el público le respondería. Y así fue. Con el listón bien alto, entraba a los mandos del escenario principal. Dos horas de puro techno nos esperaban por delante y el esloveno lo demostró en una sesión repleta de temas propios como el ‘Vibrancy’, ‘Anomalies of Heart Rate’, ‘Vigilante’ o ‘Keep Bustin’. El sonido de Umek es atronador pero adornado con tintes ácidos. Su forma de pinchar es impecable y los temas los hacía sonar como un mago en un juego de cartas. Su sesión se nos pasó en un santiamén.

Y como colofón, Poty, un artista abonado a los cierres apoteósicos y a los que saber poner la guinda al pastel de la mejor forma posible. Algo que ya es costumbre en las fiestas de Orion Pro, consiguió crear la atmósfera perfecta mágica para decir adiós a esta magnífica noche, una noche difícil de repetir y que esperamos que sean muchas más las ediciones que nos queden por vivir.

Agradecer el trato a Fernando, promotor de Orion Pro así como al resto de residentes que hicieron que nos sintiéramos como en casa en todo momento.