Madrid se llena de color, arte y luz con la nueva exposicion del pintor francés y creador del movimiento pictórico impresionista, Claude Monet (Paris, 1840 – Giverny 1926). Una exposición que cuenta con más de 50 obras llenas de naturaleza, en la que podemos apreciar obras de cada una de las etapas del artista en su paso por París, Holanda y Londres. Estas obras explican la trayectoria del maestro impresionista a través de la colección personal del mismo, que guardó celosamente hasta su muerte. Y que su hijo Michel donaría al Musée Marmottan Monet en 1966.
La filosofía del artista es la de retratar la naturaleza tal como es, pero teniendo en cuenta el constante cambio en la que se encuentra, por lo mismo no es raro ver diferentes versiones de un mismo concepto u obra. Y esto lo vamos a observar a lo largo de las seis secciones con las que cuenta exposición:
La primera, gira en torno a cuando en 1932, Paul Marmottan (1856-1932) legó su palacete del XVI arrondissement de París y sus colecciones a la Académie des Beaux-Arts, edifico que, terminaria convirtiendose en un museo en el año 1934. El primer fondo de la colección sería el mobiliario del palacio, para luego, en 1940 Victorine Donop de Monchy, donaría obras del impresionista, como La primavera a través de las ramas y El tren en la nieve. la locomotora.
A esta adición se le sumarían obras de la última etapa de Monet como pintor, en el año 1966, realizadas por el hijo pequeño del pintor, Michel Monet. De esta última donación 40 son expuestas en CentroCentro. En 1999, el palacio adoptaría el nombre de Musée Marmottan Monet.
La segunda sección La luz impresionista de dicha exposición se encarga de enseñarnos la singular forma de los artistas impresionistas de capturar su entorno. No se centran en el realismo de la obra, sino en las transfiguraciones luminosas e impresiones de colores de los lugares que admiraba, sin importar los cambios meteorológicos, o donde tuviera que ir para capturar el paisaje que deseaba. Destaca la Costa de Normandía, los Campos de tulipanes en Holanda.
En la tercera sección, El plein Air, nos muestra una colección de cuadros pequeños, modelo que empezaron a utilizar los pintores de la época con el fin de facilitar el transporte de sus materiales de arte en ferrocarril. Las pinturas están llenas de trazos y pinceladas rápidas, recreando paisajes y escenas de la vida cotidiana.
La siguiente sección El jardín de Monet en Giverny muestra el sitio en el que se inspiró Monet para pintar durante, y que estuvo condicionado durante 20 años, su jardín y hogar en Giverny. En esta etapa el ser humano se ve absorbido poco a poco por la naturaleza,dando el protagonismo a las plantas, iris, flores, agapantos, los hemerocallis, y los famosos nenúfares adoptaron el protagonismo en la obra de Monet.
El amor de Monet por la naturaleza lo podemos observar en los más de 125 paneles que hizo desde 1914 hasta el día de su muerte. Esto se vislumbra en la sección cinco del museo, titulada Las grandes decoraciones. Llena de estanques, sauces, nubes y ramas sin perspectiva, que solo se pueden distinguir a la distancia.
Y por último, la sexta sección, La abstracción en cuestión, la abstracción se refleja en las cataratas que impiden la percepción clara de los colores a Monet. En obras como El sendero de los rosales, los Puentes Japoneses y los Sauces llorones, se diferencian del resto por los ocres, naranjas, amarillos y marrones quecubren el lienzo.
La exposición de CentroCentro, Monet, obras maestras del Moseé Marmottan Monet, París, es la mayor exposición impresionista que ha visitado Madrid en los últimos 30 años, y da de notar en sus salas ambientadas para la ocasión la ambientación, la cercanía que se siente con el artista francés. Se completan con imágenes de Monet creando su obra, frases de él, y fases interactivas que permiten ver el mundo a través de los ojos de artista, que podrán disfrutar hasta el 25 de febrero de 2024.