Entropía nació hace poco más de un año con la intención de plasmar una idea, una música y una puesta en escena que resultara atractiva para un público adulto, culto y viajado. No es solo una empresa organizadora de eventos, consiste en una forma de ver la vida.
Entropía realizó eventos semanales en diversas salas, encontrando su lugar en el mercado y en donde congregó en redes sociales cerca de 1.500 seguidores con un hermoso sentimiento de comunidad. Y justo cuando estaban en la cúspide, el mundo cambió…
Desde ese mes de marzo que ahora nos parece ya muy lejano, Entropía propuso sus propias reglas dentro del streaming. Unas reglas que básicamente fueran las mismas que nos impulsaron en los primeros seis meses: buena música, una cuidada puesta en escena, público objetivo adulto y sentimiento de comunidad.
Los streamings de Entropía tienen un estilo propio, inconfundible y en donde consiguen evitar que los streamings sean aburridos y que merezca más la pena escuchar los podcasts, por eso introduce en sus películas ambientes únicos que dejan a los espectadores enganchados viendo y escuchando a sus artistas favoritos.
Apuestan estratégicamente además por la música de kilómetro cero. Barcelona es, y debe seguir siendo la capital mediterránea de la electrónica y eso no se logra solo importando nombres reconocidos mundialmente y cabezas de cartel, pasa también por dar a conocer y reivindicar la increíble cantera de artistas locales.
El reto actual deriva en convertir el lugar de encuentro virtual que ya es Entropía, en un lugar de encuentro también real. Contemplar cómo la comunidad sigue creciendo, apostando por una estrategia musical y cuidando de todos los posibles detalles. En el mundo real y en el virtual cuando toda esta pesadilla termine.
Esto es entropía. Una forma de ver la vida.