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EXTREMUSIKA DESATA LA LOCURA EN UNA NUEVA EDICIÓN PARA EL RECUERDO

Hay gente que sufre mucho cuando acaba el verano. La fiesta, el sol, los festivales, las vacaciones… Sufre tanto que decide alargarlo durante meses, y si pudieran lo harían durante todo el año. En el fondo esa es la esencia del Extremusika, pensar que los festivales no han acabado y, sobre todo, no pensar que es el último festival con olor a verano.

El cartel hablaba por sí solo, desde el artista mundial de moda, Quevedo, pasando por raperos como Natos y Waor o Fernando Costa, clásicos españoles con esencia viñarockera como Boikot, la M.O.D.A o La Pegatina hasta el techno de las manos de Horacio Cruz o Fernanda Martins. Ayax y Prok fueron la gran ausencia del festival. El público se quedó sin ver a los gemelos, que eran parte de los cabezas de cartel, pero había tantos grandes artistas que nadie dejó decaer su ánimo.

El primer día fue el único que mantuvo la esencia de julio. El sol y las altas temperaturas acompañaron durante toda la tarde. La gente iba llegando y asentándose en el camping, haciendo amigos y pensando cuándo irían a por su pulsera. Muchos decidieron que su primer concierto sería el de Recycled J. El madrileño tomó el relevo de Jarfaiter en el escenario MR BELLOTA. Muchos lamentaban que no actuara el mismo día que Natos y Waor, pues podríamos haber disfrutado de los Hijos de la Ruina al completo. Fernando Costa dio su último concierto del año, llenando por enésima vez el recinto y haciendo que mereciera la pena cada euro pagado por la entrada. Más tarde llegaría el reggueatton, RVFV demostró por qué tiene más de nueve millones de oyentes mensuales en Spotify e hizo que Mi luz fuera la luz de todos.

La M.O.D.A era otro de los conciertos más esperados. Los héroes del sábado se convirtieron en los reyes del viernes y el público se dejó el alma con cada canción. También tuvimos a Boikot, que no se si fueron los reyes del viernes pero, como siempre, fueron los maestros de los pogos (con el permiso de Hard GZ). La parte del techno la puso Parkineos, que hicieron que muchos de los asistentes se fueran a dormir después de la salida del sol.

El día siguiente pintaba mal para los más supersticiosos, pero los viernes trece también pueden pasar cosas muy buenas. A las ocho de la tarde llegó uno de los más esperados, Morad. Los MDLR se congregaron para su actuación, de hecho, muchos nos admitieron que pagaron la entrada del día solo por verle a él. El escenario MR BELLOTA no dejó huecos libres durante toda la noche, y es que el siguiente en rapear sería Delaossa. El malagueño se salió y dejó a los asistentes con ganas de escuchar su próximo disco, La madrugá. Luego llegó el que probablemente fuera el mejor concierto del festival. Natos y Waor hicieron que la lluvia que caía sobre Cáceres fuera mágica. El escenario era un cielo estrellado, pero las estrellas de verdad no estaban en el croma. No conocimos a nadie que no se fuera de ese concierto con las manos en la cabeza y preguntándose si era posible lo que acababan de ver. No se dejaron nada, aún sabiendo que al día siguiente tenían que ir al Wizink Center.

 La lluvia nocturna del viernes fue la antesala del sábado. Todo empezó con el pie torcido por el anuncio de la ausencia de Ayax y Prok, pero la vida siempre tiene preparadas alegrías después de los varapalos. Anier y las Ninyas del corro abrieron el último día del festival para los más rappers del evento. También tocaron Belén Aguilera o los míticos Celtas Cortos. Hard GZ volvió a brillar, tanto que hasta alguno decidió subirse al poste de la luz para verlo desde una posición privilegiada. Pero el artista más internacional llegaría a las once de la noche. Quevedo fue el protagonista del día, parecía que medio Cáceres había querido acercarse para ver caer la noche con él. El canario hizo crecer su carrera un día más, y si nos hubiese dicho en serio Quédate todavía seguiríamos allí.

Así acaba el verano para muchos, aunque el quince de octubre se quede corto para alguno. Muchos artistas acabaron su gira de festivales en 2023 y esperan con ganas la siguiente. El próximo año vendrá cargado de momentazos y de música nueva, porque a veces toca descansar un tiempo para volver con más ganas.