Si hace una par de veranos solo se hablaba del “Tusi”, de un tiempo a esta parte el GHB o, mal apodado (ya que no tiene nada que ver con el MDMA), “éxtasis líquido” se ha convertido en una de las drogas de ocio más comunes.
Por eso queremos compartir con vosotros algo de información útil por si se cruza en vuestro camino.
Pese a la falsa creencia popular de que el GHB es un estimulante, al contrario, es un depresor que calca los efectos del principal neurotransmisor inhibitorio que produce nuestro cerebro, el ácido gamma-aminobutírico.
Lo cual significa que el GHB actúa como un depresor del funcionamiento del cerebro, disminuyendo o bloqueando la mayoría de sus funciones fisiológicas.
Usado en combinación con otras drogas depresoras, como opiáceos o alcohol, aumentan los efectos, es decir, al inicio, desinhibición y falsa euforia, después, somnolencia, pérdida del sentido, mareos e incluso en los casos de mayor ingesta, coma.
El cocktail con drogas estimulantes, como el speed o la cocaína, hace que sus efectos se enmascaren, haciéndonos creer que no se ha tomado suficiente y por tanto aumentando el riesgo de pérdida del sentido a causa de una mayor ingesta.
El GHB se ha hecho muy popular en el ámbito sexual ya que se relaciona con una mayor sensibilidad física y el incremento de la sensación durante el orgasmo. Pero también os compartimos sus efectos secundarios que pueden ser diarreas, vómitos y mareos, entre otros.
Se presenta de forma líquida en botecitos y normalmente se combina con bebidas.
Así que si alguien os dice que si queréis un “chorri” ya sabéis de que os están hablando.