El pasado sábado 25 de mayo asistimos a una nueva entrega dentro de la saga de eventos de la promotora malagueña Cocoa, que tras sus últimas expediciones por tierras valencianas y tinerfeñas, regresaban a su cuartel general y junto a su público. La Sala Octan de Torremolinos (antigua Palladium) que tras unos meses de reformas volvía a abrir sus puertas para alegría de cientos de clubbers que volvían a bailar en uno de los templos de la electrónica malagueña.
El evento traía consigo a dos de los hombres más letales del momento: Latmun y Pawsa; secundado por los residentes locales Dagoro y Spega, y con el debut del artista tinerfeño The Hernandez.
Llegamos al recinto a eso de las 1:00 de la mañana, justamente cuando la sesión de Dagoro daba sus últimos coletazos, lo poco que pudimos oír de él fue una música elegante, de calidad y con una perfecta selección musical que hizo que para lo temprano de la noche, mucho de los asistentes ya se encontrasen en el interior del recinto disfrutando junto al artista. Spega le cogió el testigo, un artista que conoce a la perfección al público malagueño y que encarna al cien por cien el espíritu Cocoa. Su estilo es perfectamente reconocible a la legua, un techno house fresco y divertido en el que el sentido del groove está presente durante toda la sesión. Manejó la pista con gran mesura, sabiendo darle al público la dosis exacta de lo quería en cada momento, sin embargo, con tan solo una hora de sesión, se nos quedó el cuerpo con ganas de más.
Pawsa fue el siguiente en actuar, nos sorprendió de su altura, un tipo de dos metros que prácticamente chocaba contra el techo de la cabina, lo vimos preparar su equipo a conciencia ya que durante dos horas, la sala la tenía a plena disposición para hacer vibrar a los espectadores que a esa hora prácticamente llenaban la pista.
El artista inglés, cofundador de la marca Solid Grooves, uno de los sellos más destacados del momento hizo una puesta en escena excesivamente tranquila. La linealidad musical que venían ejerciendo Dagoro y Spega quedó en cierto punto dinamitada por el artista inglés que se lo tomó con bastante calma desde el principio. Aprovechamos para darnos una vuelta por la pista y comprobar desde abajo el estado de ánimo del público. Instantes después, nuestras impresiones se hicieron realidad y es que se palpaba en el ambiente que los clubbers ansiaban una marcha de más a la sesión de Pawsa. Con el paso de los minutos esa marcha parecía hacer acto de presencia y es que durante algunos compases el artista protagonizó momentos de gran nivel en especial cuando sonaron algunos de sus temas más característicos como ‘Whippin’, ‘Groovy Cat’ o ‘Back 2 Front’.
A las 4:00 era el turno para The Hernandez, artista tinerfeño residente de Thr33 Events con base en Tao Tenerife y que hacía su debut en tierras malagueñas. Tras haber estado compartiendo algunos minutos de charla amistosa con el artista previos a su sesión, comprobamos las enormes ganas que tenía de hacer disfrutar a la parroquia malacitana. Su música pudo definirse como explosiva y contundente, la atmósfera de diversión hizo de nuevo acto de presencia y bailamos de lo lindo junto al artista que disfrutaba en cabina al igual que los que nos encontrábamos junto a él.
El colofón a la noche era para el británico Latmun. Se trata de un artista cuyo caché está creciendo como la espuma y cuyas apariciones en las fiestas y festivales más importantes del mundo ya son una realidad. El de Nottingham dejó bien claro desde el principio que su intención era la de reventar la sala. Sentir amor y pasión por tu trabajo es el claro ejemplo de Latmun, el cual no quitó su cara de disfrute durante las dos horas que duró su actuación. Las melodías profundas y envolventes nos atraparon en una deliciosa burbuja musical, acompañado siempre por un alto sentido del groove y con una alta intensidad en bajos. El momento culmen llegó poco antes de finalizar su sesión con un remix del icónico track ‘Caress Me’ que levanta pasiones allá por donde suena. Pocos defectos pudimos sacarle a su actuación en la que mantuvo un nivel sobresaliente en todo momento.
A las 7:00 de la mañana las luces de la sala se encendieron y entremezcladas con las primeras luces del amanecer que se filtraban por una de las claraboyas situadas en el techo, dimos por terminada nuestra estancia en Cocoa. Nos fuimos con la enorme satisfacción de haber podido disfrutar de una noche en la que los artistas demostraron un enorme nivel y que pudimos disfrutar como siempre hacemos cada vez que visitamos Cocoa.
Fotografías: Gracia de los Ríos.