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MORAD DESPIDE EL TOUR EUROPEO DE SU NUEVO DISCO ‘REINSERTADO’ CON TRES SOLD OUTS EN BARCELONA

Fotografía realizada íntegramente por nuestro compañero Àlex R.

“Pasadlo bien y recordad… ¡No nos gustan los chivatos!” De esta manera se introduce la actuación de Morad, con un video predominado por niños y que destaca por su originalidad. El muy bien conocido Sant Jordi Club se llenó así de buen rollo durante el fin de semana del 19 al 21 de enero, en el que, durante tres noches consecutivas, alrededor de 14.000 personas de todas las edades disfrutaron del artista en vivo.

Después de varias intensas semanas por Europa, parando en hasta 15 ciudades, entre ellas Milán, Berlín y París, Morad decide despedir una gira que marca un punto de inflexión en su próspera trayectoria artística con 3 conciertos en la ciudad condal. Ofreciendo una puesta en escena inmejorable, se puede apreciar de lejos el talento y las ganas que irradian de él.

Nos presentó conocidas y apreciadas canciones que no podían faltar como Seya, Manos Rotas, Cuando ella sale o su colaboración con Bizarrap en Bzrp Music Sessions. Las cámaras seguían al artista para que no nos perdamos ninguno de sus gestos.

Si tuviéramos que definir cómo se mostró Morad en el escenario, las únicas palabras que se nos ocurren para describirlo son respeto, confianza y gratitud. Se ve claramente como el cantante ha logrado establecer un fuerte vínculo con sus oyentes más jóvenes a quienes se dirige constantemente y con los que interactúa a lo largo de las aproximadamente dos horas de concierto.

Muchos fans del artista especulaban sobre cuáles serían las sorpresas que se dejaron caer por las redes sociales al anunciarse el evento y la final la aparición del Beny Jr en el escenario el viernes acompañando a Morad en temas como Sigue o Olvidarte dejó al público encantado.

Finalmente, con el grito del cantante de “Quien no suba los flashes es un chivato”, el concierto da inicio a su fin y no podía hacerlo con ninguna otra canción que no fuera la de “Pelele”, con la que Morad ha logrado un alcance asombroso. Lo que llama la atención es que no lo hace solo, sino que despide a su público en la primera noche de concierto con un bebé en brazos que sube al escenario, destacando una vez más el gran aprecio que le tiene a su audiencia más joven y la gratitud que no olvida mostrar.