En el léxico de la crítica musical, hay palabras que en uso continuo, se desgastan, sin llegar a esclarecer del todo lo que se quiere decir. Sabemos qué dicen, cómo se aplican, de dónde proceden, pero en su uso, muchas veces no logramos identificar bien qué es lo que se quiere decir. Estoy pensando en términos como “experimental”, que de tanto usarlos, muchas veces se vuelven a la contra, y más que esclarecer, se convierten en una pantalla que aísla, sin dejar atisbar qué es lo que quieren decir.
R.Missing es de esa clase de banda electrónica, que en su primera escucha, uno se acogería a esos términos como si fueran las últimas balas que le quedaran. Sin embargo, sería un error, porque en el fondo, no explicaríamos nada sobre ellos. Esta banda, formada por la vocalista neoyorquina Sharon Shy y el enigmático Toppy, ha conseguido construir, con el tiempo, un sonido que nos lleva a la obsesión por intentar asir un mundo que se nos escapa en cada instante.
Recientemente han publicado el EP ‘Placeholder in the Night’, que supone la consolidación de una carrera que empezó con aquél reminiscente ‘Unsummering’, que es todo un viaje interior, lleno de nostalgia y virtuosismo técnico. Y es que, a R.Missing no le interesan los sentimentalismos ni los pasos en falso, solo el egoísmo, la opacidad y el claro oscuro. De hecho, la elección del formato del EP, viene por esta orientación: “Siempre nos han gustado los EP. Son menos egocéntricos, menos sentimentales”, nos señala Sharon.
Su sonido eléctrico, con texturas tensadas con las guitarras y los sintetizadores, que a veces puede recordarnos a bandas como Underwaters o Glass Candy, no nos lleva a terrenos “extraños”, ni “inclasificables”, ni mucho menos “experimentales”, nos lleva a lo más fundamental que somos, a nuestra identidad. No estamos ante un sonido único, pero sí ante una valiente muestra que consigue hacernos reflexionar sobre nuestras decisiones -aquellas que nos forman-, en un mundo inestable. “Sin arte ni artistas”, a la banda no le interesa el espectáculo del arte, ni su voraz retroalimentación, solo los sonidos y las palabras. El resto, está fuera de su alcance. No son, ni pretenden ser, la banda del año, ni estar en lo más top del mercado. No les interesan las declaraciones sensacionalistas y no tienen ninguna opinión que pueda ser más relevante a la que pueda tener cualquier ciudadano medio. Solo desean que su etéreo sonido penetre en cada uno de tus poros, augurando un futuro inquietante, sin ticket de vuelta, al que nos dirigimos sin freno, y por el que más vale aplacar con música que con espectáculo. “No tenemos un control claro de los cambios o modificaciones en el sonido, solo en los pensamientos”, declara la banda, subrayando una vez más su interés en los efectos que producen los sonidos en las neuronas.
R.Missing lo ha dejado todo a punto de caramelo con este ‘Placeholder in the Night’, que suena a pasado, pero a nada que exista en el presente, haciendo de ello un estimulante cliffhanger, donde podremos comprobar si sus próximos trabajos el dúo neoyorquino volverá a las mismas preguntas, o por el contrario, pondrá límites a su geometría sonora y mejorará su capacidad, recién adquirida, para moverse a lo largo de la flecha del tiempo, más allá de cualquier clasificación.