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Rosalía revoluciona la industria con Motomami

Hace unos días que salió el esperadísimo disco de Rosalía, Motomami, y sin duda ha sido una gran sorpresa, dicho con todas las letras. Puede que la sorpresa haya sido que después de tres años desde El Mal Querer la gente estaba esperando otro disco de flamenco. Pero Motomami es más un cuadro vanguardista.  

 

Desde hace ya algunos meses, Rosalía ha ido sacando adelantos como La Fama con de The Weeknd, o la sorprendente fusión del género urbano con percusión de Jazz del tema Saoko. Esto ya nos iba dando una pista de que el disco iba a ser una declaración de intenciones en toda regla.
Rosalía ha hecho una propuesta muy arriesgada en este disco, ha dejado de lado a muchos fans que consiguió gracias al anterior disco y que estaban esperando otro disco de “flamenco moderno”, es decir estaban esperando más de lo mismo, ella misma responde en la canción G3 N15, con un mensaje muy claro “esto no es el mal querer”.

 

Con este disco, salvando los gustos personales de cada uno, Rosalía ha vuelto a ser rompedora, sin ninguna duda. Tampoco ha abandonado el flamenco que la hizo famosa, Bulerías, hereda el sonido que muchos esperaban volver a oír; y ha cogido otros géneros como los boleros, la bachata, o el dembow para dar forma a su disco. Y esto es lo más destacable, Rosalía ha vuelto a crear un nuevo lenguaje.

 

Puede que sea por lo rompedor de su disco, pero me atrevería a decir que la cantante más internacional en España en estos momentos, ha creado los ismos en la música. Durante el siglo XX en el arte se vivieron el realismo, el cubismo y otros tantos ismos, y creo que esto es de lo que va este disco. De los ismos.
Algunos de los ismos que podríamos destacar sería el fusionismo, es complicado conseguir discernir en algunas de las canciones si se podía englobar en un género o en otro, por ejemplo Como un G una canción que se puede englobar en una especie de balada, con toques típicos del LoFi donde predomina la distorsión, y con un final en la que los sintetizadores hacen un bonito arpegio que bien te pueden recordar a una versión happy del tema del intro de la serie Stranger Things.

 

Pero si hay algo que se tenga que destacar sería el empoderamiento que desprende Rosalía, empoderamiento como mujer, como artista y como persona. Nos ha mandado un mensaje claro. Rosalía es transgresión musical. No le da miedo utilizar el autotune, porque ya ha demostrado que es capaz de deslumbrar con su voz en los escenarios. No ha tenido miedo de hablar abiertamente del disco, atendiendo a prensa, radios y televisiones. 

 

Por todo esto, es difícil calificar el disco de Rosalía en un género musical. Si es un buen disco o no, hay muchas razones para calificarlo como excelente o una decepción, ya que este disco, es como un cuadro de un pintor vanguardista, alguien podrá captar la esencia y disfrutar durante años de él, otros dirán que no entienden lo que canta, que le falta color, o que ha cambiado su estilo. Por tanto, solo os puedo recomendar que lo escuchéis, lo único que os puedo asegurar, no os va a dejar indiferentes.