Hace cuatro años, los Kansas City Chiefs y los San Francisco 49ers coincidieron en la final de la Super Bowl. Este año, la historia se ha repetido en la edición número 58 (LVIII), y con idéntico resultado: la victoria de los Kansas City Chiefs, que se alzaron con el trofeo Vince Lomabardi, uno de los más caros del mundo. Tras estar empatados, los Chiefs lograron el touchdown definitivo en la prórroga, arrojando un resultado de 25-22. Los Chiefs, que también son los campeones del año pasado, se convierten así en el primer equipo en 19 años que gana dos títulos consecutivos, además de que se trata de su tercer título en los últimos 5 años. En nuestro país, el encuentro comenzó a las 00:30 y se alargó hasta las 5 de la mañana.
Pero la Super Bowl es más que un acontecimiento deportivo. El show musical que se lleva a cabo durante los 15 minutos que dura el descanso es uno de los espectáculos más esperados del año, y todo un honor para los artistas escogidos. Este año, el encargado de hacer vibrar al público ha sido Usher, artista que cuenta con 8 premios Grammy y más de 80 millones de discos vendidos. Su Halftime Show se convirtió en un recorrido por toda su carrera musical. Además, contó con la presencia de artistas como Alicia Keys, will.i.am, Ludacris o Lil Jon. Eran muchos los que esperaban también la presencia de Justin Bieber sobre el escenario, pero el cantante disfrutó del espectáculo desde su asiento, junto a su mujer, Hailey.
Quien sí estaba confirmado y finalmente canceló su presencia en el show era DJ Tiësto, debido a una emergencia familiar. El artista aseguró que fue una decisión muy complicada después de preparar el show con su equipo durante meses, pero que “la familia siempre es lo primero”. Era la primera vez en la historia de la Super Bowl que se incluía un DJ para animar desde el previo y durante los recesos del partido al público presente en el Allegiant Stadium de Las Vegas, Nevada. Sin embargo, los fanáticos de la NFL que esperaban al DJ no se quedaron sin esta parte del espectáculo, ya que contaron con un sustituto: el productor y DJ estadounidense Kaskade, que se mostró muy emocionado por por poder ser el primer músico electrónico en ser parte de la Super Bowl.
Por su parte, el show de Usher no ha estado exento de polémica, ya que algunas personas lo han calificado como “aburrido”. Este evento deportivo ha sido el más caro de su historia, con las entradas más baratas rondando los 7000 dólares, por lo que muchos aseguran que esta actuación ha sido insuficiente comparada con las de Rihanna, Beyoncé, Eminem o Michael Jackson, entre otros. En X podemos encontrar muchas publicaciones de espectadores decepcionados con el show.
Este año, además, el único atractivo mediático no se centraba en la actuación musical, sino también en la presencia de Taylor Swift, que acudía a ver a su novio, Travis Kelce, jugador de los Chiefs. El beso entre ambos fue uno de los momentos más esperados por los espectadores.
