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Viaje al interior del Club Hölle

El videojuego de realidad virtual Hitman 3 creado por el estudio danés IO Interactive cuenta con una enorme discoteca llamada “Club Hölle” cuya estética de entorno industrial está inspirada en los míticos clubes Berghain, Kraftwerk, Arena, Sysiphos y otros. IO Interactive también ha anunciado contenido actualizado que se irá entregando en las próximas semanas.

Con los tiempos pandémicos en los que vivimos, llevamos mucho tiempo sin pisar un club de techno. El usuario Daniel D ha dejado un vídeo en Youtube en el que se pasea a través de un avatar por el interior del Club Hölle.

El paseo empieza con su alter ego con paso firme desde las afueras de la discoteca. Es un entorno totalmente poligonero. De la entrada emana una larga cola de cubers esperando su turno para recibir su sello en el brazo en la noche profunda. A medida que se va acercando se empiezan a escuchar los sonidos subgraves que empiezan a erizar la piel anticipando lo que nos espera en su interior. Daniel D se acerca a la entrada y se detiene un instante ante el portero. Una de dos, o Daniel es VIP o Hitman 3 no ha sabido emular al mítico Sven Marquardt, quien tiene fama de ser el portero más duro del mundo, ya que le saluda con un se ve bien hoy señor, y pasa sin problemas saltándose toda la cola. Pasa por la taquilla por el guardarropa y se pasea por varias salas, y hasta por los lavabos.

Las escenas son de gran realismo, se escucha a la gente hablar mientras se siguen escuchando los subgraves, sale a un patio exterior y se escucha hasta el piar de los pajaritos, lo cual indica que estamos a las seis de la mañana , ¿recordáis lo que es seguir la fiesta a partir de esa hora? Las escenas evocan muchos recuerdos emotivos de lo que era el hedonismo vivido antes del confinamiento.

Se adentra aún más en lo que podría ser una central eléctrica remodelada, baja por unas escaleras y accede a la sala grande, repleta de gente bailando y rayos láser. A los subgraves se le suman medios y agudos mientras se escucha la música más potente. El vello de la piel se eriza y algo que emana de nuestro interior nos empuja a mover el cuerpo en una especie de danza hipnótica a ritmo de techno-trance.

El boom boom sigue su ritmo pausado pero incesante. Daniel D se pasea por la pista hasta llegar a la cabina del DJ desde dónde se tiene dominio de la visión de toda la sala. La cabina está repleta de teclados y diferentes máquinas. Lo que pasa en su interior no os lo cuento para no hacer spoiler y por que lo que pasa en el Club Hölle se queda en el Club Hölle . Solo os diré que al hipnótico ritmo le sucede un brutal subidón que hace estremecer los cuerpos de los y las clubbers en una explosión de de amor.