Un año más, el Extremúsika lo volvió a hacer: hizo vibrar a la ciudad de Cáceres con música en directo de todos los estilos y para todos los públicos, lo que convierte este festival en algo inolvidable. Y es que esta cita se consolida como una cita imprescindible en el panorama musical nacional, no solo para el público, sino también para los artistas. Y es que quien prueba Extremúsika, repite. Una experiencia completa en la que no solo la música es importante, sino también el resto de opciones que ofrece el festival: la comida, la bebida, los diferentes modelos de vasos personalizados, merchandising e, incluso, la opción de hacerte piercings y tatuajes para llevar el recuerdo del festival siempre contigo.
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue la despedida de Mafalda de los festivales extremeños, un concierto cargado de energía y una respuesta cariñosa por parte de sus fans. A medida que avanzaba la noche, la euforia llegó a su punto más alto con Vicco y su conocida «Noche ochentera», coreado por todos los allí presente. Simultáneamente, en escenario Bellota se congreraban los amantes de la música urbana. Dudi, Bon Calso y Tremendo empezaron a caldear el ambiente, que alcanzó su punto más álgido con las actuaciones de Dollar Selmouni y el icónico Toteking, quien dejó la pista vibrando con el mejor rap y hip-hop al que nos tiene acostumbrados. Una de las pocas ocasiones de verlo en directo ya que el sevillano selecciona muy bien sus conciertos.
El festival no solo ofreció grandes conciertos, sino un ambiente que estuvo complementado por la gran variedad gastronómica disponible. Los olores de la comida para llevar fueron el acompañamiento perfecto para una jornada maratoniana de música, junto con la zona de merchandising, un imprescindible en cualquier festival de estas dimensiones.
La noche del sábado avanzó con los esperados shows de la grandeza escénica de Mala Rodríguez y el top número uno de los ritmos urbanos Saiko, quienes ofrecieron auténticos recitales en sus respectivos estilos, haciendo disfrutar al público con sus letras y ritmos. Los «Derbi» no defraudaron y dejaron un más que buen sabor de boca entre los amantes del rock fusion dejando un listón muy alto. La emoción continuaba con la actuación de Cano, precedido por el desparpajo más veterano de Mojinos Escozíos, quienes aportaron su habitual toque de humor y rock desenfadado. Siempre bienvenidos a cualquier hora y en todos los lugares posibles.
El broche de oro lo pusieron artistas como Alex Kennon, Cristian Varela, Bohemian Betyars y Raul Pacheco B2b Gonzalo, quienes cerraron una noche memorable para los asistentes. La electrónica también tuvo su espacio en Extremúsika.
Este año, como cabezas de cartel figuraban Saiko, Rels B y Maka, artistas que reunieron a miles de personas ante sus escenarios, pero no fueron los únicos, ya que todos los artistas contaron con el calor de la gente que les animaba, coreaba y bailaba sus temas. Un cartel diverso, para todas las edades, para todos los gustos y, en definitiva, para todos los públicos. Una edición que vuelve a cerrar por todo lo alto y que nos augura un Extremúsika 2025 lleno de éxitos y buena música.
