EXIT Festival nació en el año 2000 como un movimiento estudiantil en contra del régimen opresivo, y, desde entonces, ha evolucionado hasta convertirse en uno de los festivales más importantes del mundo. Con más de dos décadas de historia, hoy es también una de las marcas culturales más influyentes de Serbia y los Balcanes. A lo largo de los años, EXIT ha generado más de 300 millones de euros en ingresos turísticos para la comunidad local y ha cosechado reconocimiento internacional por su valor cultural y promocional incalculable.
Todo comenzó tras el apoyo explícito de EXIT a las protestas estudiantiles que llevan nueve meses sacudiendo Serbia, a raíz del trágico derrumbe de una marquesina recientemente renovada en la estación de trenes de Novi Sad, que dejó 16 víctimas mortales. El suceso desató una ola de indignación y cientos de miles de ciudadanos salieron a las calles denunciando la corrupción como causa directa de la tragedia. Por primera vez en 25 años, los organizadores advirtieron públicamente que esta podría ser la última edición de EXIT en Serbia.
Dušan Kovačević, fundador del festival, lo resumió así: “Este año no solo hemos defendido la libertad de EXIT, hemos defendido el derecho de la escena musical y cultural internacional a expresarse libremente”. Y añade:“Hemos demostrado que el amor todavía triunfa por encima del miedo y que el arte no puede ser silenciado”.

Uno de los momentos más poderosos del festival se vivió durante la ceremonia de apertura, cuando todos los escenarios detuvieron su música al mismo tiempo y más de 40.000 personas guardaron 16 minutos de silencio en memoria de las víctimas de Novi Sad. El silencio, más atronador que cualquier sonido, culminó con un mensaje en el escenario principal: “¡No pueden arrebatarnos nuestra libertad! Difundid vuestro amor, verdad y luz al mundo porque el mundo os escuchará”.

Ese mismo día, EXIT rindió homenaje al 40º aniversario de Live Aid con la actuación del legendario Bob Geldof y The Boomtown Rats. Antes de subir al escenario, Geldof declaró: “Estamos orgullosos de actuar en EXIT, celebrando el 25 aniversario del que es uno de los últimos festivales realmente independientes”.
Los estudiantes también tuvieron su propio espacio, con escenario propio y mensajes de resistencia:
“EXIT es nuestro altavoz en esta lucha”, afirmaron. En el opening actuaron junto a Gala, haciendo aún más simbólico el momento. El lema “Pumpaj! (Pump it!)”, convertido en símbolo de las protestas, estuvo presente durante todo el festival.

A nivel musical, el cartel fue simplemente apoteósico. Los míticos The Prodigy volvieron con su explosivo set y un mensaje en Instagram que lo dice todo: “EXIT Festival, Serbia, esta es la sexta vez que actuamos aquí. Venimos porque os queremos. ¡Siempre sois la bomba!”. Eric Prydz hizo vibrar la Dance Arena, seguido por el carismático Hot Since 82, quien compartió: “¡Otra aventura inolvidable en Serbia y Novi Sad! Gracias por los bailes y la buena energía”.
El festival también contó con actuaciones memorables de Solomun, que se adueñó del escenario en su Diynamic Stage Takeover, y Tiësto, que debutó por primera vez en EXIT: “¡Por fin aquí! ¡25 años de EXIT es un gran logro, enhorabuena!”. La legendaria Dance Arena vibró con sets de íconos como Nina Kraviz, Amelie Lens, Boris Brejcha y cerró con un espectacular b2b entre Indira Paganotto y Sara Landry.

El rock también tuvo su lugar con una actuación explosiva de los Sex Pistols, liderados por Frank Carter, que encendieron uno de los pogos más intensos de la historia del festival. Una erupción de energía rebelde que dejó huella en la fortaleza.
Con esta edición, EXIT no solo celebró 25 años de música. Reivindicó su esencia como espacio de libertad, resistencia y transformación social. Si alguna vez hubo dudas de que la música puede cambiar el mundo, EXIT 2025 las ha disipado por completo.