Fotografía realizada íntegramente para WHaT MAGAZINE por nuestra compañera Raquel Vives.
Juicy BAE es un torbellino creativo con raíces profundas: nacida en Sevilla, empezó a bailar flamenco de niña, pero pronto convirtió su voz en un arma versátil para unir trap, R&B, afrobeat y el costumbrismo más urbano. No es solo una voz bonita; es una narradora de calle y escenario que ha sabido construir un universo sonoro propio. Con colaboraciones que van desde Nicki Nicole hasta Sticky M.A., y tras haber incendiado festivales como el Sónar y el Lollapalooza, vuelve a escena con su nuevo disco, El Secreto, mostrando que su reinado en la música urbana está lejos de tener fronteras.
El pasado viernes 14 de noviembre, Apolo 1 en Barcelona fue testigo de su primer sold out en la ciudad, un logro que Juicy celebró entre cariño, abrazos y constantes agradecimientos al público. Desde el primer segundo, dejó claro que la noche no era para mirar el móvil, sino para bailar, saltar y vivir cada tema junto a ella, como una gran familia.
El concierto comenzó con “BITCH” junto a Hoke, tema que encendió la sala de inmediato. Aunque varias canciones del set cuentan con colaboraciones en disco, en esta ocasión Juicy Bae decidió interpretarlas sola con su guitarrista, demostrando su versatilidad y energía en el escenario.
A lo largo de la noche, sonaron algunos de sus temas más conocidos, como “IDGaF”, originalmente con Villano Antillano, éxitos que se han convertido en himnos urbanos como “69”, “OBSESionadO con MI culO” o “SOLtera nunca solA” ft AKRILLA, además de canciones más sensibles como “CUpido” y “Por Ti”.
A lo largo del show, Juicy no dejó de bailar y conectar con el público. Su guitarra acompañó cada tema, mientras la energía del público crecía en cada nota, demostrando que sus conciertos son una mezcla de fiesta, confesión y adrenalina pura.
Lo de Apolo no fue un concierto: fue una demostración de poder, amor y evolución artística. Una noche donde Juicy Bae reafirmó que su mezcla de calle, jondura y vanguardia no solo funciona: arrasa, conmueve y une.
Barcelona respondió con euforia. Y Juicy, con un sold out histórico, respondió con alma.
