MONEGROS DESERT FESTIVAL 2024: EL DESIERTO VUELVE A LATIR

El Monegros Desert Festival de 2024 ha dejado una huella imborrable en el corazón del desierto aragonés. Celebrado el pasado fin de semana, este evento anual de música electrónica se consolidó como uno de los más importantes de España y Europa, atrayendo a más de 50.000 asistentes de todo el mundo. Celebrado en el corazón del desierto de los Monegros, este festival no solo es un espectáculo musical, sino una experiencia sensorial que transforma el árido paisaje en un vibrante oasis de color, sonido y energía gracias a la presencia de djs como Brutalisimus 3000, Charlotte de Witte, Klangkuentsler o Sara Landry o los raperos Natos y Waor.

Desde las primeras horas del sábado, incluso de la noche del viernes, llegaron los coches y autobuses que se dirigían hacia el epicentro de la fiesta: un árido y vasto paisaje que parece sacado de otro planeta y que hace que la llegada al festival sea  una experiencia en sí misma. El sol abrasador del mediodía y la arena dorada que se extiende hasta donde alcanza la vista dieron la bienvenida a todos los asistentes del festival. Sin embargo, las carpas y escenarios no empezaron a vibrar hasta el opening en el mítico Techno Cathedral de Andrés Campo, el encargado de preparar a los asistentes para una maratón de música que duraría más de 20 horas.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Andres Campo (@andrescampo)

A partir de este momento, la atmósfera ya es electrizante y, para las cuatro de la tarde, los asistentes ya se habían agrupado en los doce diferentes escenarios del festival, cada uno con su propia personalidad. Entre ellos, destacaron la nueva y exclusiva colaboración con el sello holandés Awakenings, el habitual espectáculo con Blackworks en Open Air, y el nuevo escenario de psytrance. Como de costumbre, la diversidad de géneros musicales fue uno de los sellos distintivos del Monegros.

A medida que avanza el día, el sol comienza a descender, pintando el cielo de tonos anaranjados y púrpuras con los sets de Ben Klock y Assailants o el show principal de l’Entourloop, mientras la magia del desierto se hace palpable y la energía colectiva se intensifica. Cuando cayó la noche, los pocos asistentes que todavía bebían en el parking formaron una larga fila de más de una hora porque nadie quería perderse como Natos y Waor reventaban el escenario principal en un concierto de una hora y media donde no pudieron faltar canciones como Cicatrices, Bichos Raros o Sudores fríos.

Mientras tanto, en el resto de escenarios destacaron las actuaciones de Indira Paganotto, Dexphase o Daria Kolosova, quienes dieron toda su energía a un público que se entregaba a la música, bailando con una libertad que solo se encuentra en estos momentos únicos. La conexión entre el público y los artistas era totalmente palpable, creando una sinergia que transformó cada actuación en un recuerdo imborrable para todos.

A las dos de la mañana llegó uno de los platos más fuertes del festival, Brutalisimus 3000. No es habitual ver a este dúo fuera de Alemania y en Monegros ofrecieron un espectáculo que dejó al público en un estado de euforia total. Con una mezcla magistral de techno industrial y ritmos agresivos, su set fue una montaña rusa sonora que mantuvo a la multitud en constante movimiento, creando una atmósfera casi surrealista en medio del desierto. Cada beat resonaba como un latido sincronizado con los corazones de los asistentes, dejando claro que Brutalisimus sería uno de los actos más memorables del festival.

Más adelante, el desierto amaneció con Klangkuentsler, quien presentó un set especial de puro schranz. Aunque no todos resistieron el ejercicio cardiovascular de cinco a seis de la mañana que exigía el alemán. Le siguió la dj belga Charlotte de Witte, una de las estrellas más grandes del cartel, con un set de su fiel y característico techno. Finalmente, los cierres de los escenarios más importantes fueron a cargo de Andrés Campo, Fátima Hajji, Cera Khin y Nico Moreno en b2b con Dyen. El italiano Joseph Capriati cerró el festival en un emotivo set que él mismo catalogó como “su sesión más hard” y “un sueño hecho realidad”.

WhatMagazine Banner Next Posts